En relación a la inseguridad que padecemos a nivel nacional, así como los homicidios causados por menores de edad, como ocurrió con el niño de once años que asesinó a su maestra para luego suicidarse, nos muestran con claridad la sociedad decadente que tenemos. Además de la violencia familiar que prevalece en los hogares mexicanos, así como contra la mujer principalmente, son causas que han obligado al sistema jurídico nacional a implementar acciones legales contra la delincuencia.
Es obvio que las niñas y los niños que nacen en un ambiente de tensión y violencia, crecen con odio y resentimiento. Así como los que viven con sus padres que se dedican a actividades ilícitas, lo más seguro es que crezcan bajo el entendimiento de que se justifica esa forma de vida, aunque sean considerados como delitos. Como el caso de las madres que defienden a su hijos sicarios, asaltantes o rateros, que han sido abatidos por policías en enfrentamientos, como si fueran trabajos “normales”.
Con las conductas delictivas, además de la corrupción que fue aumentando en los últimos setenta años, en todos los rubros y formas de vida, es como nos hemos acostumbrado a vivir con violencia, marginación, diferencias sociales y discriminación. La corrupción llegó al más alto nivel del gobierno, en la que los últimos ex presidentes de la república mexicana, han sido exhibidos por diversos sectores empresariales y políticos, que en complicidad han saqueado al país de todas sus riquezas naturales y culturales.
La corrupción como el peor de todos los males, ha sido el tema principal con el que el Presidente Andrés Manuel López Obrador encamina su gestión, delatando y denunciando públicamente todo lo dañado que está el sistema político nacional. Enfrentando a los neoliberales y conservadores, que es como identifica a aquellos que se oponen a reconocer el daño causado por la corrupción. De la que sin duda son actores políticos activos, y que siguen figurando como parte del gobierno en algunos estados del país.
La corrupción que el crimen organizado encabeza, -identificando como tal a empresarios, políticos, líderes de sindicatos, narcotraficantes y policías-, ha empobrecido a México en todos los aspectos. En los últimos cinco sexenios, que encabezaron Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, se dedicaron a privatizar los bienes de la nación, se enriquecieron asociándose con familiares y amigos en las licitaciones más importantes, así como el control sindical.
En el sector educativo es evidente como ha decaído la preparación de nuestras niñas y niños mexicanos. La forma en que los recursos destinados a becas, libros, instalaciones, mantenimiento, cursos, alimentos y prevención de enfermedades y adicciones en las escuelas, se quedaron en los bolsillos de políticos, partidos políticos y líderes de la educación.
En el sector energético, el escandaloso robo a la nación de miles de millones de pesos cada año, favoreciendo a líderes de Pemex, gobernantes y funcionarios públicos perversos, encargados de vigilar la debida distribución en la compra venta del combustible. Así como también los huachicoleros que crecieron durante los últimos sexenios como crimen organizado.
En cuanto a la salud, mientras se le engañaba al pueblo con el “Seguro Popular”, los perversos ex presidentes hicieron su “agosto” a través de la industria farmacéutica, robando miles de millones de pesos. Por una parte, se convirtieron en empresarios controlando el mercado de los medicamentos como proveedores del gobierno y por otra parte, robando con el sobreprecio al triple de los medicamentos y caducos. Miles de millones de pesos también destinados a la construcción de hospitales y mejoras a los existentes, se quedó solamente en que fueron pagados, pero nunca invertidos para sus fines.
El crimen organizado de los capos mexicanos del narcotráfico creció por la complicidad de Carlos Salinas de Gortari, -asociado con el “Señor de los Cielos”-, que introdujo al ejército como protector de los criminales, pues hasta utilizaban aeronaves oficiales para la distribución de la droga.
Con Vicente Fox y Felipe Calderón, llegaron los Casinos con su aliado y socio Genaro García Luna, como el ejecutor del gobierno para obtener dinero sucio, permitiendo el tráfico de drogas, armas y estupefacientes, asociados con el Chapo Guzmán, recientemente ambos detenidos en los Estados Unidos. Para mejorar debemos estar unidos contra todo acto de corrupción.
Abogado especialista en Gestión de Conflictos y Mediación.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.
