Los cambios políticos en la administración gubernamental de Estados Unidos, llevaron a revivir la discusión sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) al ser propuesta la “modernización” de dicho tratado, debido a lo cual en los diversos medios de comunicación hemos leído y escuchado sobre las rondas de renegociación.
Al respecto se manejan distintas posiciones, por un lado Trump amenaza un día sí y otro también con salirse del acuerdo comercial si no se aceptan las propuestas de los EEUU, por otro lado se maneja por algunos actores políticos y económicos que para México el TLCAN es primordial para su desarrollo económico y que si nos salimos perderemos todo, por parte del gobierno mexicano se afirma tibiamente que de no lograrse un buen acuerdo, es preferible terminar con el TLCAN y que tiene un plan B, que nadie conoce por cierto.
Esperemos, pero por lo pronto han pasado ya 23 años desde que el TLCAN entró en vigor, allá por 1994, en aquel momento se argumentó y pronosticó que el acuerdo impulsaría el crecimiento y el desarrollo de México, ante esto es conveniente revisar si en realidad funcionó el experimento para lo cual es importante revisar algunos datos.
El crecimiento del PIB per cápita de México, la medida más elemental de progreso económico sólo ha crecido 28.7%, de 1994 a 2016. Esto implica una tasa media de crecimiento anual de sólo el 1.2% en los últimos 23 años, es decir un evidente estancamiento.
Lo anterior explica que de acuerdo con cifras del CONEVAL, en 1992, existan 46.1 millones de mexicanos en pobreza de patrimonio, en 2012 (último año disponible por cambio de metodología) la cantidad ya era de 61.4 millones de personas, así pues en 2012 hubo unos 15.3 millones más de mexicanos viviendo por debajo del umbral de la pobreza que en 1994. La pobreza no se redujo, al contrario, creció notablemente.
Además, los salarios reales en México, es decir sin el efecto de la inflación, fueron casi los mismos en 2014 que en 1994, un aumento de sólo un 4.1% en 20 años y apenas por encima del nivel que tenían en 1980. Claro está que los trabajadores mexicanos no ganaron nada con el TLCAN.
Actualmente, el desempleo en México es del 3.8%. En comparación, el desempleo promedio entre los años 1990–94 fue 3.1%. Pero la historia tiene más que contar, el TLCAN también tuvo un severo impacto en el empleo del sector primario. Entre 1991 y 2007, hubo 4.9 millones de agricultores mexicanos desplazados; mientras que el trabajo estacional en la agroindustrias de exportación se incrementó en cerca de 3 millones. Esto significó una pérdida neta de 1.9 millones de puestos de trabajo y por tanto de un ingreso digno.
Todo lo anterior explica porque el pobre desempeño de la economía mexicana contribuye a un aumento de la emigración a Estados Unidos. Entre 1994 y 2000, el número anual de mexicanos que emigraron a Estados Unidos se disparó un 79% y el número de residentes nacidos en México que viven allá se incrementó casi tres veces, pasando de 4.5 millones en 1990 a 12.6 millones en 2009.
Los datos son contundentes, el experimento no funcionó, la economía mexicana atraviesa por un estancamiento evidente, tal vez apostaron todo al TLCAN y dejaron de hacer otras cosas. No será fácil pero si hay de otra, pero debemos cambiar de modelo económico y por tanto de régimen. En 2018 puede ser…
Doctor en Problemas Económicos por Universidad Autónoma Chapingo.
Actualmente Diputado Local por el 5to Distrito de Chihuahua, Profesor-investigador en el Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la UACJ y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT, Nivel 1.
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