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    abril 19, 2024 | 14:13

    ELECCIÓN UACJ: Va la impugnación por las marranadas

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    El proceso interno fue el marco, la antítesis que refleja no solo el plagio de los programas de gobierno presentados por los tres candidatos favoritos del rector Ricardo Duarte y de su hermano, ex gobernador prófugo, sino el escenario de lo que es la perversión política, la ambición de poder y la soberbia de quien gobernó Chihuahua y no deja que su hermano, el cuate, tome sus propias decisiones.

    La elección celebrada este jueves 17 de agosto, como lo marca la convocatoria y que se erigió como el monumento a la osadía de quien dirigió ayer los hilos de 44 consejeros universitarios, se describió como ‘una marranada’.

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    Concluido del acto que se creía sería solemne, la sonrisa del rector Ricardo Duarte era evidente. No contrastaba con los dientes que le rechinaron por espacio de 6 horas, en una verdadera angustia, que concluyó con la satisfacción de cumplirle a su hermano prófugo que, finalmente, le devolvió una al gobernador Javier Corral que lo persigue mediáticamente, mientras el gobierno federal lo cuida y protege en el extranjero.

    Unas horas después, en la revisión de lo ocurrido, cinco candidatos acordaron solicitar la anulación del proceso y oponerse al desaseo en el que Duarte Jáquez convirtió el proceso interno de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

    El acuerdo de impugnar quedará en manos de abogados y de los mismos candidatos que, de alguna manera, fueron víctimas de una maniobra perversa…y no se juzga el resultado, sino la forma que utilizaron para obtener el triunfo de Juan Ignacio Camargo Nassar, el nuevo rector.

    La historia se puede contar así:

    Javier Ignacio Camargo Nassar, es el notario público número 3 del Distrito Judicial Bravos, con sede en esta frontera. En su haber se encuentra la historia inmobiliaria del actual gobernador del Estado, Javier Corral Jurado y de su familia.

    Es el abogado depositario de los secretos de estado, de esos pecadillos mundanos en los que se embarca todo aquel que se sienta en la silla de gobierno.

    En el 2012, el notario público número 3 fue contratado por Javier Corral Jurado para dar fe pública del acarreo de juarenses a la capital del Estado para participar en la convención panista donde se elegirían los candidatos a cargos de elección popular.

    El doctor en derecho, Javier Ignacio Camargo Nassar, se consagró en la Notaría Pública número 3 en el periodo de gobierno de Patricio Martínez García. Ha navegado en la tesitura del marcado profesionalismo que le caracteriza. Hombre serio y reconocido a nivel nacional por su trayectoria notarial y conocimiento del derecho.

    En el 2012, un sábado de los meses calurosos del año, unas horas antes de la convención panista aceptó ofrecer sus servicios a Javier Corral, entonces aspirante al senado de la república que intentaba frenar a uno de los políticos más antiéticos que ha dirigido el PAN, el ahora morenista, Cruz Pérez Cuéllar.

    Camargo Nassar recorrió los asientos de las unidades rentadas por Pérez Cuéllar y documentó cada una de las respuestas de los ingenuos panistas respondían con la ingenuidad de un niño de kínder.

    El abogado y notario fue pieza clave para que la impugnación de Corral tuviera éxito y, a través de la cancelación del proceso interno, viciado por su presidente estatal, Cruz Pérez Cuellar, el ahora gobernador pudiera aspirar a la candidatura al Senado.

    El profesionalismo del notario público lo convirtió en el instrumentador de las promesas de campaña de José Reyes Baeza. Sin ser un consumado priista, coincidió con la opción política del deliciense y participó en la construcción del proyecto de gobierno que se vio opacado por la excesiva violencia de esa época de gobierno.

    Hace unos meses, el notario público recibió la visita del dentista Ernesto Morán. El encuentro tenía como objetivo disuadir al hermano del Notario Público, también abogado y director del Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Juan Ignacio Camargo Nassar para que no viciara el proceso interno de la Uacj.

    De acuerdo a la versión del notario público, ofrecida a amigos cercanos, Morán refirió que había ya un acuerdo político con el gobernador Javier Corral y que la decisión en la sucesión como rector estaba definida a su favor.

    Después de este diálogo, el notario público solicitó un diálogo con el gobernador Corral, su cliente, a quien le preguntó, de acuerdo a su propia versión, si existía una decisión tomada en la elección interna de la Uacj.

    La respuesta de Javier Corral, según el testimonio del Notario Público, fue enfática. “No hay decisión tomada, a Morán hace mucho que no lo veo ni hablo con él y tu hermano Juan puede participar sin problema alguno. Yo no meteré las manos en el proceso interno de la Uacj”.

    Según los analistas del tema, esa simple declaración abrió la carrera por la sucesión. Solo faltó que llegara el coordinador de intendencia a enlistarse por la rectoría.

    Lo que nunca, diez candidatos pelearon este viernes 17 de agosto el cargo que en octubre dejará Ricardo Duarte Jáquez, el ganador, Juan Ignacio Camargo Nassar emprenderá el proceso en la parte histórica de este México convulso.

    Será el depositario de las estridencias del nuevo presidente de la república electo. A él le tocará la educación superior gratuita en México, la recepción masiva de los Ninis que ahora si irán a las universidades y la estructuración de los programas académicos para una institución educativa que cumpla con los requerimientos sociales y productivos. Y bla bla bla bla…

    La anterior historia de los Camargo Nassar justifica, en parte, la llegada de Juan Ignacio a la rectoría de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

    En la elección de consejeros, en la segunda ronda, Juan Ignacio obtuvo 23 votos, Ernesto Morán 16. El tercero en la contienda, en la terna elegida por el consejo universitario, fue el director del Instituto de Ciencias Biológicas, el bonito Daniel Constandse Cortez, cuya participación fue opacada por los otros dos contendientes.

    Juan Ignacio, junto con Daniel Constandse Cortez y Francisco López, conocido como Pancho López, formaban parte de la terna del rector Ricardo Duarte. A esa terna se le denominó ‘los tres chiflados’ y fueron ampliamente impulsados por el hermano del ex gobernador priista, actualmente prófugo de la justicia.

    Juan Ignacio Camargo, el nuevo rector, es el más ligado a las estructuras priismo. Es amigo personal de Carlos Silveyra, el ex rector y ex funcionario del gobierno duartista; es amigo de Carlos Morales, ex dirigente del PRI, es diputado y ex candidato a la alcaldía de Juárez y ha participado en las lides tricolores a lo largo de varias contiendas.

    Pero como dicen los españoles, “muchas pulgas saltan sobre la cobija de Camargo Nassar”. Una de ellas es una marcada incapacidad para emprender acciones jurídicas en defensa de la máxima casa de estudios.

    Es una vergüenza que la defensa de los amparos interpuestos por los maestros que se oponen a la forma en que se eligen a los consejeros universitarios ‘duales’ (que son funcionarios y consejeros al mismo tiempo) esté en manos de un despacho externo.

    El director de Icsa, abogado y coordinador de la carrera de Derecho, se observa incompetente para un ejercicio jurídico tan elemental como el que se está peleando en los juzgados federales.

    En términos simples y llanos, su capacidad de abogacía no alcanza para sacar de prisión a un borracho que se orinó en la plaza del pueblo. Ahora será rector.

    Además, durante el proceso de presentación de la propuesta administrativa para gobernar la Uacj, el nuevo rector y el doctor Daniel Constandse Cortez fueron acusados de plagio en la presentación básica de sus propuestas.

    Ni a uno ni a otro les importó sentarse a preparar un programa de gobierno congruente, prudente y realista para la Máxima Casa de Estudios. Ambos, junto con Pancho López, tomaron a broma la sucesión en la Uacj. Se rieron del proceso y se autodenominaron la planilla o terna de unidad, mientras su patrón los guiaba con la vara mosaica movida desde algún lugar de los Estados Unidos donde se esconde el ex gobernador prófugo.

    Uno de los consejeros universitarios denunció que “de manera personal se puso a revisar cada uno de los documentos de los aspirantes (a la rectoría) y detectó similitud en algunos de ellos, el de Juan Ignacio Camargo Nassar y el de Daniel Constandse Cortez, que en sus planes o propuestas incluyeron en su intención de asumir la dirección máxima de la universidad en los próximos años.

    En ambos textos, se observa una serie de párrafos que contienen sutiles diferencias, y coincidencias en lo general. Se dio un típico caso de copy paste, en donde se observa la misma estructura gramatical y de ideas, que varios en la academia podríamos considerar como un acto de plagio, refiere el estudioso alumno.

    Las interpretaciones en torno a esta elección son muchas. La primera refiere un cambio de rumbo del gobernador del Estado, Javier Corral Jurado. Esta hipótesis se centra en la marcada difusión que el doctor Ernesto Morán hizo de la preferencia de palacio hacia su candidatura.

    Las quejas de Morán motivaron en tres ocasiones la intervención del secretario general de gobierno, César Jáuregui en el proceso interno de la Uacj.

    En una de ellas, el rector Ricardo Duarte, le indicó a César Jáuregui Robles que “nadie le había indicado la decisión de palacio” y se disculpó por no saber que Ernesto Morán era el bueno. Ofreció todo su apoyo y el afable funcionario corralista se fue con la satisfacción de haber logrado la consigna.

    De hecho, en torno a estos encuentros, una infinidad de especulaciones estuvieron circulando en columnas periodísticas y en redes sociales.

    Una de esas versiones aseguraba que el gobierno le advertía a Ricardo Duarte que se sujetara a la ortodoxia sexenal y permitiera, sin ningún obstáculo, la llegada del candidato del gobernador, en este caso Ernesto Morán.

    Duarte fue advertido de las investigaciones que el Estado tenía en su contra y, a través de medios afines a Corral, se divulgaron algunos de los expedientes en los que la Fiscalía investiga a Ricardo, el hermano de César Duarte.

    Otro aspecto que desdibuja el resultado de la elección de hoy, es una posible negociación de última hora con los hermanos Camargo. Al concluir la sesión del Consejo, una versión universitaria corrió fuerte en los pasillos y en las redes sociales. Esa versión señala que el gobernador del estado “no ve con malos ojos la llegada del nuevo rector”.

    La decisión tomada en el seno universitaria trastocó muchos intereses políticos que se habían levantado en torno a la elección de rector. Una de ellas fue el blindaje a Morena que no pudo avanzar llevando como bandera a su máximo representante, Manuel Loera de la Rosa quien no pudo llegar ni siquiera a la primera terna elegida en la maratónica sesión.

    Un hecho inobjetable es que el gran ganador de esta contienda no es Juan Ignacio Camargo, sino César Duarte Jáquez y su hermano Ricardo. Lo que se dijo siempre se cumplió al pie de la letra. No se modificó ni una sola pieza de la estructura planeada por el cuate y su hermano prófugo.

    Uno de los tres chiflados, quizá el menos malo de los tres, es el que ahora se alzará como rector llevando la venia del PRI y de Corral que, finalmente, no pudo separar los secretos de familia guardados en los cajones de la Notaría 3 de la elección en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

    La exageración está ya en los terrenos de la maldita especulación política que todo lo corrompe. Se afirma que Ricardo Duarte no concluirá su actividad como rector de la Uacj ante el temor de ser detenido por Javier Corral Jurado y su Fiscalía.

    Las repercusiones futuras medirán la elección en la Uacj. En los próximos días se sabrá si Morán era o no era el candidato del gobernador. El rasero será la acción judicial que le puede esperar a don Ricardo Jáquez, el cuate. Conociendo al gobernador no se irá a jugar golf antes de meterlo a la cárcel por insubordinación. Y no le pedirá permiso a su gata Frida o como se llame.

    Si el candidato del gobernador era realmente Juan Ignacio Camargo Nassar veremos en octubre una sucesión con llanto y moco y hasta un homenaje se le brindará a don Duarte por sus chorrocientos años de servicio en beneficio de la máxima casa de estudios.

    Esperemos con bastante atención el final de esta historia que se resume en la ventura que sigue, como fantasma, a nuestro gobernador que no da una. Estoy seguro que los bonsáis le crecen, que los enanos se le vuelven gigantes, que los perros chihuahueños se precipitan al tamaño de un San Bernardo, porque después de tantos meses hemos podido concluir que quien nos gobierna está más salado que un moco.

    Rafael Navarro

    Periodista y Analista Político.

    Cualquier información enviada a mi correo y/o whatsapp será atendida bajo el principio de la confidencialidad absoluta.


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