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    marzo 28, 2024 | 23:39

    Cuentas pendientes… reaparecen los fantasmas

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    Así fue: Georgina Zapata Lucero presentó su solicitud de licencia ante la Cámara de Diputados. El coordinador de los legisladores chihuahuenses, Fernando Uriarte informó a la suplente, Gloria Viviana Juárez Fierro que estaba lista la toma de protesta que se presentará en el palacio legislativo.

    Así fue. Acompañado de su padre, el periodista Carlos Juárez Solorio, acudió a la toma de protesta. Es allí donde se enteraron que la diputada Zapata Lucero, hija del multimillonario líder de la CTM, había declinado la decisión. Seguiría en el cargo de elección popular.

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    La diputada suplente de Georgina Zapata pudo discernir el hedor de la Cámara de Diputados y observar a la ambición de los diputados que se enredan, ya no en los problemas del país, sino en lo que representa, económicamente, ser legislador.

    El asunto será resuelto el 23 de mayo, fecha en que los diputados federales chapulines, cínicamente van a pedir licencia, un día antes de que la ley Electoral les prohíba estar en un cargo público.

    Es así como pedirán licencia los diputados chihuahuenses Adriana Terrazas, Georgina Zapata, Tony Meléndez, Gustavo Madero y la senadora Lilia Merodio.

    Ese día asumirán el cargo legislativo sus suplentes quienes recogerán las sobras del periodo de tres años que disfrutaron los diputados que iban al frente de la fórmula electoral.

    Y para dar risa. Una fuente de la Cámara de Diputados señaló que el poder legislativo trabaja mejor con los suplentes, que con los titulares.

    Y el razonamiento nos deja una enorme lección: los suplentes no faltan, están siempre puntuales y carecen de la perniciosa posición de creerse que caminan entre nubes.

    Las cámaras legislativas del país están en poder de la llamada comisión permanente que atiende los asuntos de rutina y urgentes, bajo la premisa de una representación plural y equilibrada de acuerdo a las fuerzas políticas de cada partido e independientes.

    En la pasada entrega periodística, un lector de la columna Sombra de Letras, recriminó con mucha dureza la falta de profundidad en la información aportada en relación con los diputados federales y senadora que se niegan a dejar sus curules no obstante que son candidatos -formalmente registrados- a un cargo de elección popular.

    Y la pregunta que todos los nacemos en un momento en que la ética debería de brillar en medio de tanto discurso anticorrupción que nos recetamos, es ¿por qué no piden licencia los diputados federales y la senadora Lilia Merodio?

    La respuesta la obtenemos de una fuente de la cámara de diputados: “no renuncian, porque no quieren dejar de cobrar el jugoso salario quincenal y las prestaciones adicionales que tiene un legislador”.

    Adriana Terrazas refirió que “de pendeja dejo la diputación…me voy a esperar hasta el 23 de mayo”.

    De doble cara, la tramposa diputada federal y aspirante a la alcaldía de Ciudad Juárez, Adriana Terrazas, en una declaración al Diario de Juárez, en el mes de enero dijo que “Ana Laura Rodela Soto, su suplente, asumiría el cargo vacante después de que inicie este jueves (mes de enero del 2018) el período ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados.
    “Estamos esperando que se instale el período ordinario este 1 de febrero (del 2018), porque ahorita el Congreso de la Unión se encuentra en receso con la Comisión Permanente, y una vez que se instale estamos esperando que nos avisen para tomar protesta”, mencionó.
    La nada pendeja diputada federal sigue en su cargo. Rodela espera.

    Advierto en la figura de Lilia Merodio una animadversión casi generalizada entre los grupos de la llamada ‘opinión pública’. A pesar de provenir de la cultura del esfuerzo a la que se refería Luis Donaldo Colosio.

    La candidata a diputada federal por el distrito 03, una priista de carrera y una mujer que ha transcurrido su vida entre políticos y actores políticos, representa, según esos análisis, una visión retrograda de lo que es el servicio público.

    Su vinculación, en distintos tiempos, con personajes de dudosa reputación en México la formó como una política bipolar, que grita, patalea, denigra, ensucia y, lo más delicado, miente con frecuencia.

    Me tocó ser su víctima. La legisladora acudía con frecuencia a las oficinas centrales de la OEM a quejarse de las notas que aparecían en el periódico El Mexicano.

    Varias veces recriminó hasta los vales de gasolina que obsequió a reporteros que acudieron a cubrir sus ruedas de prensa. Y en esa perorata sucia y llena de insidia, recriminaba las ayudas, aportaciones publicitarias y hasta el café que invitaba a los reporteros.

    A Mario Héctor Silva lo acusaba de ‘corrupto’ y ‘muerto de hambre’.

    Lo hacía no con la altura de una política que quiere escalar altos terrenos. Su discurso sobaja y aplasta a quienes considera de menor jerarquía que ella y acaban con cualquier intento de defensa a la nacida en la generación del esfuerzo o cultura del esfuerzo de Luis Donaldo.

    En la mayoría de las ocasiones, los mismos políticos son los que alimentan la guerra sucia, la escalada de especulaciones, al divulgar información que carece de validez oficial o proviene de una fuente no confiable.

    Pero de Merodio se cuentan historias que son dignas de crédito.

    En la aplicación de los recursos económicos que ‘bajó’ del gobierno federal en Ciudad Juárez, siempre observó, con el cálculo de una política ambiciosa, ayudar a quienes tiene interés de beneficiar.

    Así sucedió con la reparación del Fovissste Chamizal, donde tiene su casa materna. El makeup sirvió para provocar entre los juarenses una imagen caritativa. La senadora, siendo empática con los de su clase, aparecía en las fotografías con Armando Cabada, su ex amigo; José Reyes Baeza, el ex director del Issste y con decenas de familias beneficiadas loando a su princesa.

    No hizo lo mismo con el edificio ubicado en la avenida Insurgentes, conocido como multifamiliar Issste que se cae a pedazos y que ni ella ni el innombrable candidato a senador, José Reyes Baeza, metieron un clavo, un litro de pintura, a pesar de hacer una declaración pública y una promesa de que lo harían.

    El dinero del pueblo, lo utilizó la candidata priista a diputada federal para vestir y festejar quinceañeras, en los llamados eventos masivos que organizó, en diversos tiempos, en el centro de diversión Las Anitas, bastión de un empresario que se ha convertido en el mecenas de políticos mediocres y poderosos aspirantes. Un hombre que es seriamente cuestionado por su actividad empresarial y la forma en que hace sus negocios…y con quién.

    Y si nos vamos al patrimonio de la Senadora que se niega a pedir licencia para no dejar el ‘chivo’ legislativo en la bolsa de su suplente, ni qué decir.

    Decía un político juarense que si Lilia Merodio no se hubiera dedicado a la política estaría como supervisora de una línea de producción en una maquiladora coreana.

    Pero se dedicó a la política. Su actividad legislativa, al lado de los corruptos políticos como Emilio Gamboa Patrón, la llevaron a una impensable cúspide económica. No me toca a mí analizar sus cinco cuentas bancarias, tres en Banorte, una en HSBC y otra en Bancomer; no es tema hoy para cuestionar como se hizo de sus dos casas millonarias y todo aquello que no está declarado.

    Nos está yendo mal como país y nos va mal como personas, porque nos hemos intoxicado con tanta ‘maldición’ que escuchamos diariamente en la vida pública, en la corrupta política en la que se desenvuelven los aspirantes a cargos de elección popular.

    Las palabras “son como un boomerang, lo que decimos, eso va a regresar”, señala el principio de la bendición cristiana. Y así nos está yendo.

    La ley del Karma es simplemente la ley de ‘causa y efecto’. Todo efecto tiene su causa, y cada causa su efecto. Según esta ley lo que haces crea una energía que luego vuelve a ti. Si haces algo considerado bueno pues eso es lo que te regresa, si lo que haces se considera malo o negativo, también.

    Bíblicamente Jesús dijo que “todo lo que sembrares eso mismo cosecharás”. Como ciudad estamos recogiendo cosechas amargas, exactamente eso es lo que somos y recogemos de la tierra sembrada.

    No intento navegar en la filosofía barata, pero no hay más. El 1 de julio tendremos que brincar de una boleta a otra intentando solucionar el problema de conciencia en la que estamos metidos muchos que queremos ir a votar.

    Vamos a estar peregrinando entre nombres de políticos corruptos y otros más serios, pero con pocas posibilidades de éxito.

    El periodista Jorge Ramos preguntó a Carlos Salinas de Gortari y a Enrique Peña Nieto, en un par de entrevistas tortuosas realizadas en diferentes tiempos, que “si se sumara todo el dinero y cosas materiales que forman parte de su patrimonio ¿sería el fruto del trabajo honesto de su vida como servidores públicos?

    La ingeniosa pregunta es una oda al sarcasmo. Precisamente ese tema, es parte de la pelea que se dirime en México en el tiempo reciente. El proceso electoral está salpicado de infinidad de denuncias de las que el popular buscador Google puede dar cuentas con solo poner el nombre del político que busca un cargo de elección popular y la palabra ‘corrupción’. Ninguno se salva.

    Y el turno le correspondió ya al ex gobernador José Reyes Baeza. El enigmático político que vendió su alma al diablo y ahora se ahoga en los mocos de su imprudencia.

    En las redes panistas, circula el siguiente mensaje: “Chihuahuenses, Jose Reyes Baeza quiere ser senador y para eso nos pide el voto, quiere fuero para protegerse de la estafa maestra en la cual el participo como director del ISSSTE, también invirtió dinero de los pensionados en ICA, empresa que estaba en muy serios apuros económicos, se perdieron más de 500 millones de pesos…”

    Entre los pendientes del reyes-baecismo, el PAN revive la corrupción de la Procuradora Patricia González y su vinculación con el crimen organizado.

    A partir de aquí, la pesadilla de Reyes Baeza está a punto de vivirse.

    Rafael Navarro

    Periodista y Analista Político.

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